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Como comentaba en la pre review, Calle 13 nos alcanza el final de la historia del 666 Park Avenue. Una historia que ha dado tumbos por la ABC de tal manera que han optado por emitirla en verano. Por suerte, en España podremos terminarla bastante antes, ya que a partir del pasado 29 de enero tendremos ración semanal. Tras casi dos meses desde el último capítulo visto, me ha sorprendido una cosa fundamentalmente, y no me refiero al hecho de que no me gusta ver las series dobladas… más bien ha sido la aparente velocidad con la que han tratado las tramas que apenas se habían iniciado antes de Navidad. Si ya lo habéis visto, podéis entrar a comentarlo.
Cuando la serie decidió tomarse el respiro navideño, que se acabó convirtiendo en lo que todos ya sabéis, nos había dejado con una reunión entre Gavin y su hija Sasha en un bar. Hija a la que ya conocíamos… pero como Lauren, la ayudante de Henry en su carrera política. De buenas a primeras en este décimo episodio nos han conducido, casi tan rápido como iba Sasha el día del accidente, hasta una reunión familiar de lo más incómoda. Si no recuerdo mal, la carta que había escrito Sasha a su madre antes de fingir su muerte había dejado claro que la chica había descubierto lo que pasaba con Gavin. Y eso la asustaba. Aunque hemos visto que sigue contando que descubrió la historia, ahora de repente parece intentar arreglar las cosas con su padre. ¿Qué nos hemos perdido ahí?
Ambos parecen tener un mismo objetivo: quieren ayudar a Henry a obtener un buen puesto en la política, el primer paso convertirlo en concejal y eso está cada vez más cerca. Gavin no para de repetir que tiene pensado algo grande para Henry, pero realmente no tengo ni la más mínima intuición de qué podría ser. Es que el chico parece tan corriente…
Algo corriente era tan bien la trama del triángulo amoroso entre Louise, Bryan y Alexis. Más bien era una trama en la que habíamos perdido totalmente el interés. Por un lado sigue manteniendo ese plano secundario y apartado del resto que hace que me disguste, pero al menos ahora sabemos más del juego al que está jugando Gavin con ellos tres. Por fin conocemos el favor que le hizo Mr. Doran a la rubia y guapa Alexis: un coche la había atropellado y él le permitió recuperar la movilidad de las piernas. La verdad es que he sufrido bastante con la chica en el suelo en plena conversación con Gavin, que por cierto sabe muy bien cómo amenazar. La cuestión es que a la chica le caen realmente bien Louis y Bryan y no quiere seguir haciéndoles daño; e incluso al acostarse con Bryan, algo que parece ser habitual entre ellos ya que ha terminado su libro, no parece tener sentido. Nadie sabía qué pasaba ahí y hasta Alexis le pregunta qué es lo que ocurre para que tenga que hacerlo. El descubrimiento ha sido mayúsculo: el coche que atropelló y dejó tirada a la vecinita sexy era conducido por una Louis en un época de adicta. Pero… ¿qué puede querer de esta situación el dueño del Drake?
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Otro push increíble ha sido el que ha vivido la relación entre Jane y el detective Cooper, esa conversación final en la que parecía que estaban rompiendo una relación me ha descolocado bastante. El caso es que ambos siguen investigando lo que pasó en el Drake con la pobre Libby y el siguiente objetivo es liberarla. El espíritu de la chica ha quedado encerrado en el edificio como tantas otras almas, y acude a Jane desesperada dibujando el famoso símbolo en el espejo (imagen que tenéis en la portada).
Siguiendo las líneas de descendientes de los involucrados en el sacrificio, ambos acuden a ver a una mujer un tanto extraña, tímida, reservada y muy nerviosa a la hora de contestar, Eunice Moore. Todo indicaba que sabía más de lo que decía, pero la sorpresa ha sido mayúscula cuando Jane ha encontrado a Harlan Moore, el hombre que poseía el anillo cuando ella estaba en el cuerpo de Libby… atado en una cama con un montón de tubos y cables que lo mantienen con vida a sus 117 años porque el Drake no le permitía morir. Como dice el propio anciano: el confort de la muerte no es algo que se le permita. Algo estaba claro, el hombre la esperaba y no duda en ayudarla a descifrar el código del diario. Le pedía que abriese una puerta.
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Hemos visto a Jane de nuevo en el sótano haciendo el idiota, porque ¿cuántas veces ha visto lo que hay ahí? Al fin encuentra la forma, pero de una manera curiosa. Cada vez que Jane parece avanzar en algo lo hace en sus sueños, ya sabíamos que eran especiales como demostró Nona, pero ahora ella sabe que puede hacer lo que quiera, como bien le ha dicho Cooper en esa especie de sueño erótico que ha tenido con el poli. En sueños llega al espejo, introduce las manos en él y saca a la pobre Libby, que desaparece. No es lo único que sale del espejo: una sustancia negra sale y llega hasta Harlan, poco a poco entra en su cuerpo y tenemos de nuevo al hombre como había estado el día del sacrificio de Libby. Está claro que era su verdadero objetivo ayudando a Jane pero… ¿cuáles serán sus intenciones?
Como habréis notado, con solo tres episodios por ver todo huele ya a despedida. Tramas que avanzan hacia una resolución final precipitada. Por el momento tenemos tres amplias tramas por delante, además de que supongo que Gavin hará algo respecto a los descubrimientos de Jane. No olvidéis que el personaje de Whoopi Goldberg se lo había contado todo a cambio de salir viva del Drake. Bueno, después de mucho tiempo… ¿lo cometamos?